Reto 1: Desigualdad de género

¡Hola de nuevo!

Vamos a ver cómo enfrento este reto del curso de #Aprendizaje_INAP #AprendeIgualdad. 

Antes de comentar la noticia que he elegido, me gustaría poneros en contexto de mi ámbito laboral. Si leéis mi anterior post, soy ingeniera de telecomunicación y doctora en física y ciencias del espacio; desde hace 12 años trabajo en investigación y pertenezco al minúsculo grupo de mujeres que nos dedicamos a las ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas: las mujeres STEM. ¿Y por qué somos tan pocas mujeres las que nos dedicamos a las STEM? Creo firmemente que la socialización diferencial de niñas y niños está en el origen de esta desigualdad: de siempre hemos oído que las niñas son más "de letras" y los niños son más "de ciencias", que las ciencias son muy difíciles y que hay que ser muy inteligente para comprenderlas, que las niñas somos más "hormiguitas" y se nos da mejor memorizar (sin pensar). En mi opinión, este cúmulo de incoherencias es responsable de que apenas un 20% de mujeres elijan una carrera STEM. Para combatirlo, mujeres como yo damos charlas por los institutos y colegios cada 11 de Febrero para empoderar a niñas y adolescentes y mostrarles que son capaces de hacer lo que se planteen, porque para estudiar ciencias el género no es un requisito. 

Pues bien, si las desigualdades de género son habituales en los campos donde hay una proporción equilibrada entre mujeres y hombres, en el campo de las STEM estas desigualdades se notan aún más y lo peor es que no es porque seamos menos mujeres en proporción. El diagrama de tijera que publiqué en el reto 0 así lo demuestra: las mujeres investigadoras no promocionan en su carrera profesional tanto como lo hacen sus compañeros hombres. Pero ¿por qué?

La noticia que leéis abajo es de junio de 2020. La revista Nature publicaba un informe demoledor de cómo la pandemia de la COVID 19 había supuesto un parón en la producción científica de las mujeres, especialmente para aquéllas con personas dependientes a su cargo. Y este parón no se notó en la producción científica de los hombres durante la pandemia. Para quienes no estén familiarizados con la carrera científica, la publicación de artículos en revistas de alto impacto es la llave para promocionar profesionalmente, al menos en España. Este parón científico debido a la pandemia va a suponer una desventaja competitiva que va a resultar en una desigualdad de género aún mayor a la hora de consolidar plazas con mayor responsabilidad. 

Desde mi punto de vista, una manera de combatir esta desigualdad a la hora de comparar curriculum en la carrera investigadora sería establecer unos criterios que valoren la situación personal de la persona candidata al puesto a consolidar, de manera que haya un coeficiente corrector que contemple tareas de cuidado. Así, una persona (hombre o mujer) que tenga personas dependientes a su cargo, tendría un curriculum competitivo aunque no tuviera tantas publicaciones como una persona sin dependientes a su cargo. 

Esta medida y la educación en igualdad desde edades tempranas ayudaría a que en un plazo de unos 10 años el diagrama de tijera del reto 1 se transformara en una línea horizontal. 


LINK A LA NOTICIA: https://www.nature.com/articles/d41586-020-02183-x

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